miércoles, 30 de mayo de 2012

EN EL FRENTE POPULAR SE MATARON ENTRE ELLOS: LA GUERRA CIVIL DENTRO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Gracias al doctor Manuel Alejandro Aguilera Povedano por su valiosa investigación que marca un antes y un después en la historiografía de la Guerra Civil española: gracias Manuel por tu gran generosidad intelectual.

En el año 2004 escribí en  El chantaje de la izquierda. Las falsedades de la Guerra Civil española, p. 39, que en el Frente Popular existió una guerra civil, que no eran rivalidades más o menos violentas que originaron  unas decenas o unos pocos cientos de muertos, sino que se trataba de miles de muertos; que era una de las zonas oscuras y más silenciadas de la Guerra Civil y cuya investigación estaba por hacerse. “Esto es tan sólo el adelanto de un pequeñísimo esbozo”, y  comenzaba a presentar una serie de sucesos.
Desconocía que recién editado el libro se había iniciado ya esa difícil investigación que pedía; y así pues,  en el año 2008 finalizaba su tesis doctoral el joven periodista Manuel Alejandro Aguilera Povedano: La Sexta Columna. Enfrentamientos entre facciones antifascistas durante la Guerra Civil Española. Este fundamental trabajo vino en parte a rellenar el importante hueco que existía en la historiografía de la Guerra Civil española. Y digo en parte, porque en la introducción de la tesis y de forma clara el autor marca los límites de su investigación: “En definitiva, todos los enfrentamientos aquí relatados son por motivos políticos o rencillas de grupo, no se han incluido los debidos exclusivamente a la disciplina militar. Si un  comandante fusila a dos comunistas por haber gritado “estamos copados” en medio del combate, infundiendo pánico en la tropa, no se ha incluido por no tener motivos políticos. Sin embargo, si un comunista dispara contra un anarquista por negarse éste a ceder unos camiones a una unidad que no sea correligionaria suya, entonces sí se ha introducido por ser fruto del odio y el recelo entre facciones”. Es decir, y por poner dos ejemplos, en la investigación no figuran los cientos de fusilados por deserción -“unos 400”- después de la batalla en el madrileño pueblo de Brunete el 24 de julio de 1937, o ni aparecen en la lista los 46 con nombre y apellidos de fusilados por insubordinación en el pueblo turolense de Rubielos de Mora el 20 de enero de 1938.
Siguiendo la buena enseñanza de que “nada es perfecto y todo se puede perfeccionar”, a lo largo de estos años he ido y estoy corrigiendo y actualizando algunos de los apartados esbozados en el libro y también  desarrollando otros nuevos, y precisamente  uno de los importantes apartados que estaban pendientes de revisión era el  muy silenciado y  casi desconocido de “la guerra civil dentro de la Guerra Civil”. Conocía  la investigación de Manuel Aguilera desde 2009 año de la lectura de su tesis, pero decidí  esperar a que al autor le editasen el trabajo porque me pareció lo más correcto. Y por fin, la tesis se convirtió en libro con el nombre de: Compañeros y camaradas. Las luchas entre antifascistas en la Guerra Civil española. Madrid, 2012.
Personalmente entiendo que ha sido un error editorial el desestimar y  no incluir en el libro, el “Listado nominal de víctimas” con su valioso e identificativo soporte documental, que figura en el último apartado de la tesis y que es pieza clave y excelente remate a una gran labor de investigación; porque una cosa es el necesario pulimento y ajuste de un texto y otra muy distinta el tijeretazo que corta, separa y oculta una importante parte de la investigación.  De todas formas y a pesar de ese error editorial -que deseo y pido por el bien de la historiografía se pueda subsanar en posteriores ediciones o que pueda ser editado por separado un poco más adelante-, estamos sin duda ante una investigación que  marca un antes y un después, al proyectar luz y memoria a uno de los apartados más oscuros y olvidados de la Guerra Civil española.
Animo desde aquí a Manuel a que continúe el trabajo, a que no se desanime y no guarde en su archivo de los recuerdos como casos cerrados el breve pero valioso historial de esas víctimas, que los transforme en casos abiertos y que continúe la investigación hasta convertirla en su especialización, porque él bien sabe que “son todos los que están, pero que no están todos los que son”. Trabajo que ahora debe seguir llevando a cabo de forma pausada pero constante, con  la tranquilidad que da una acertada labor emprendida y de la que sabe, sabemos, que se perpetuará  como legado en el tiempo.
Y por último y como advertencia al lector quiero indicar, que citaré de forma singular la obra de Manuel Alejandro Aguilera Povedano sólo bajo el nombre y apellido del autor y como investigación unitaria y total; es decir, que haré referencia sin distinción tanto de la tesis como del libro y sin citar la página de referencia, para animar al lector a que haga un esfuerzo para que no falte en su biblioteca este fundamental y sin par libro de la Guerra Civil española.

El 10 de junio de 1936 se produce un enfrentamiento sindical en Málaga, los de la CNT asesinan de un balazo en la nuca al concejal comunista y de la UGT Andrés Rodríguez González, una hora después responden los de la UGT abatiendo a balazos al dirigente de la CNT Miguel Ortíz Acevedo. Al día siguiente es asesinado el socialista y Presidente de la Diputación Antonio Román Reina. Finaliza la batalla con la muerte de Carlos Santiago Robles obrero y de la CNT, y una bala perdida acaba con la vida de la niña de 11 años María Manzanares de la Cruz, hija de un militante a la CNT: La Vanguardia, 12 de junio de 1936, p. 23 y 14 de junio, p. 26. ABC, 13 de junio de 1936, p. 31 y 14 de junio, p. 44.

A finales de julio de 1936 en Cataluña  “la CNT mató a más de ochenta hombres, miembros de la UGT” del Transporte. La información es de un secreto  confidente infiltrado en la CNT con buena y precisa información, que se la facilitó al cónsul soviético en Barcelona Vladimir Antonov-Ovseenko en una reunión que mantuvieron el día 12 de octubre, y que dos días después  el cónsul elaboró el informe y lo envió a Moscú al Comisariado del Pueblo para Asuntos Exteriores: Alto secreto. Cónsul general de la URSS en Barcelona. 14 de octubre de 1936: Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Grigory Sevostianov. España traicionada. Stalin y la guerra civil. Nueva York, 2001, p. 76. Barcelona, 2002, p. 115. (En lo sucesivo se citará la versión española).  La información  del asesinato de “más de ochenta miembros de la UGT” puede parecer  algo exagerada, pero dicho dato  lo viene a corroborar y a ampliar meses después la siguiente información: “El líder de la UGT del Transporte en Cataluña, Agustín Arcas, afirma que “la carrera de asesinatos de los obreros del transporte de la UGT llegó a 200”. Informe de radio III del PSUC. Barcelona 15 de enero de 1937”: Manuel Aguilera. 

Dentro del comunista Quinto Regimiento se creó la Compañía de Acero y una de sus consignas era: “Si mi camarada avanza o retrocede sin órdenes, tengo derecho a disparar sobre él”: Burnett Bolloten. La Guerra Civil española. Revolución y contrarrevolución. Madrid, 1997, p. 434.

Los asesinatos de modestos campesinos, artesanos y comerciantes, la mayoría partidarios del Frente Popular, asesinatos cometidos por la CNT-FAI al imponer e implantar por la fuerza de las armas las colectividades agrícolas: Burnett Bolloten, pp. 155 a 159.

“Los anarquistas han puesto en práctica repetidamente, por medios administrativos, el llamado comunismo libertario, que es la caricatura más extrema del movimiento revolucionario. En los pueblos y capitales de provincia donde han abolido el dinero, retirado de la circulación, por la fuerza, el que poseía cada uno y estableciendo un sistema de cupones para absolutamente todos los bienes de consumo; han colectivizado todas las propiedades, incluidos los pájaros domésticos, etc. Cualquiera que protestara contra eso era declarado fascista y sometido a represión e incluso asesinado. Debido a esto hubo varios pequeños levantamientos, aplastados por las fuerzas armadas de los anarquistas. Jefe de Departamento del Servicio de Inteligencia del Ejército Rojo, comandante Nikonov, 20 de febrero de 1937”: Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, pp. 177 y 178.

Edward Knoblaugh corresponsal estadounidense en Madrid en 1936 escribe: “Los anarquistas y los socialistas-comunistas se mataban entre sí con regularidad uno o dos muertos al día. La liquidación de españoles partidarios de Trotsky y la ejecución de cientos de izquierdistas moderados, bajo acusación de sabotajes y actividades contrarrevolucionarias”: Edward Knoblaugh. Corresponsal en España. (Nueva York, 1937). Madrid, 1967, pp. 226 y 271.

Entre los últimos días de julio o tres primeros de agosto de 1936, es fusilado en Buitrago (Madrid) por los comunistas el socialista teniente coronel Cuervo falsamente acusado de traición, según los testimonios del ex ministro de Gobernación del Frente Popular y socialista Julián Zugazagoítia, el ex vicesecretario de Interior del Frente Popular hermano y socialista Juan Simeón Vidarte , el ex gobernador del Banco Exterior de España el republicano Ramón López Barrantes, y el ex ministro de la Guerra del Frente Popular el general republicano Luis Castelló Pantoja : Julián Zugazagoítia. Historia de la guerra en España. Buenos Aires, 1940, p. 130. Juan-Simeón Vidate. Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español. México, 1973, pp. 391 y 392. Ramón López Barrantes. Mi exilio (1939-1951). Madrid, 1974, p. 67. Dolores Castelló Gauthier. Retazos de la vida del general Castelló. Madrid, 1988.

En Barcelona en agosto de 1936 fueron ejecutados por sus compañeros anarquistas, Fernández presidente del Sindicato de la Alimentación de la CNT y José Gardeñas y su grupo: José Peirats. La C.N.T. en la revolución española. Toulouse, 1951, t. I, p. 181. Juan García Oliver. El eco de los pasos. Barcelona, 1978, p. 230. César Alcalá. La represión política en Cataluña. Madrid, 2005, p. 234.

El sociólogo e historiador nacido en Austria, Franz Borkenau, que fue colaborador de la Internacional Comunista, durante su estancia en Barcelona anotaba en su diario el 17 de agosto de 1936: “Un diputado comunista y miembro del comité central del partido de Madrid, Jesús Hernández, ha concedido una entrevista a un periódico francés no socialista (el Paris Midi, si no me equivoco) en que cubre de oprobios a los anarquista, dice a las claras que tras la derrota de Franco los comunistas les harán trizas”: Franz Borkenau. El reñidero español. (Londres, 1937). Barcelona, 2001, p. 139.
Del 6 al 17 de diciembre de 1937 se celebró en París un congreso secreto de la Asociación Internacional de los Trabajadores o I Internacional,  y en la intervención del secretario nacional del la CNT Mariano Vázquez   declaró: “Por el momento, lo que nos interesa es ganar la guerra. Una vez que lo hayamos logrado, reanudaremos la ofensiva en el terreno social y entonces ¡la revolución no tardará en realizarse! Ganaremos y en España habrá un totalitarismo de la CNT”: Burnett Bolloten, pp. 762 y 763.
En definitiva, la lucha entre el comunismo prosoviético y el “comunismo libertario” (Burnett Bolloten, p. 143) no sometido a Moscú estaba servida.

A finales del verano de 1936 cerca de Barbastro (Huesca), “veinticinco miembros de la UGT fueron asesinados por los anarquistas”: Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, p. 115.

Félix Marión “Benarda” había sido alcalde republicano de Apiés (Huesca) y desde finales de agosto de 1936 recorría la comarca lista en mano participando en una treintena de asesinatos, hasta que el 28 de octubre de 1936 fue asesinado de tres tiros en la cabeza por el capitán o comandante del Frente Popular Zapatero: José Mª Azpíroz Pascual. La voz del olvido. La Guerra Civil en Huesca y La Hoya. Huesca, 2007, pp. 444 y 445. Internet: “Fosa común-APIÉS”. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo.

El 6 de septiembre de 1936 es asesinado por comunistas el delegado de Abastos en Madrid y militante de la CNT Manuel López: ABC, 8 de septiembre de 1936, p. 15. La Vanguardia, 8 de septiembre de 1936, p. 11. Manuel Aguilera.

Sobre el 20 de octubre de 1936, el general republicano José  “Asensio se dirigió al frente de Tagus y ordenó allí mismo la ejecución de treinta milicianos que fueron descubiertos regresando a Madrid sin autorización”:  Edward Knoblaugh, p. 52.

La mañana del 31 de octubre de 1936, el coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León durante una desbandada en el frente de Parla (Madrid) saca su pistola y asesina de un tiro a un capitán: “media docena de fusiles apuntan su rígida carga… Al coronel le tenían ya ganas por “faccioso”, pues llevaba en pocas fechas despachados a bastantes, en forma semejante a la empleada esa mañana”. Testigo el militar Ángel Lamas Arroyo. Unos… y… otros… Barcelona, 1972, pp. 90 a 93.
Esa versión de lo sucedido ha sido confirmada por familiares del coronel, según una reciente investigación de Héctor Alonso García. El coronel Puigdengolas y la batalla de Badajoz (agosto de 1936). Valencia, 2014, pp. 323 a 336.

El 1 de noviembre son asesinados en el frente de Madrid el comunista y brigadista alemán Hans Beimler y su ayudante. El caso es analizado en el tema editado: “El asesinato del comunista y brigadista alemán Hans Beimler”.

En cuanto a las ejecuciones y asesinatos en las Brigadas Internacionales está recogido y ampliado en el tema editado: Ejecuciones y asesinatos en las Brigadas Internacionales”.

El 19 de noviembre de 1936 en el frente de la Ciudad Universitaria de Madrid, el líder anarquista Buenaventura Durruti es herido de muerte de un disparo a corta distancia y por la espalda.
En un informe “alto secreto” de noviembre de 1936 de fecha desconocida, pero que del mismo escrito del informe se deduce que fue elaborado dos  o tres días antes del 14 de noviembre, el cónsul general de la URSS en Barcelona Vladimir Antonov-Ovseenko, lanzaba duras acusaciones contra Durruti colocándole en el centro de la diana: “Durruti estaba absolutamente en contra de enviar refuerzos a Madrid; atacó con duras palabras al gobierno central, “que se estaba preparando para la derrota”; calificó la situación de Madrid de desesperada, y concluyó que Madrid tenía una importancia puramente política, y no estratégica. Esa actitud por parte de Durruti, que goza de una influencia excepcional sobre todos los catalanes anarcosindicalistas que están en el frente, debía ser vencida costara lo que costara. Era necesario intervenir con fuerza. Y Durruti cedió, declarando que podría enviar a Madrid un millar de combatientes selectos. Al saber que se había “descubierto” cierto tipo de nuevas armas (Winchester), en lugar de enviar las unidades directamente desde el frente a Madrid, decidió enviarlas desarmadas a Barcelona, dejando sus armas (sistema Máuser) en el lugar que habían ocupado en el frente y llamando para que las sustituyeran a reservas (sin armas) de Barcelona. Así, Durruti consiguió su objetivo y el frente de Aragón no se debilitó. De esta forma, Durruti afianzaba el esfuerzo de la CNT y la FAI para socavar el apoyo armado del actual gobierno de Cataluña”: Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, pp. 122 y 123. Manuel Aguilera hace una excelente investigación del caso.

Las ejecuciones y asesinatos realizados por las anarquistas y autónomas Columna de Hierro y Columna del Rosal, sus enfrentamientos con otras fuerzas del Frente Popular; como por ejemplo, cuando la Columna de Hierro sembró el terror en Valencia en noviembre de 1936, y su batalla con la Guardia Popular Antifascista, policía socialista-comunista, con un saldo de 148 muertos: Línea de Fuego (diario de la Columna de Hierro), 5 de noviembre de 1936 citado en Burnett  Bolloten, pp. 527 y 528. Según el ex vicesecretario de Interior del Frente Popular hermano y socialista Juan SImeón Vidarte los muertos fueron “cincuenta”, p.612.

El joven poeta  y dirigente comunista inglés John Cornford,  el 14 de agosto de 1936 se unió en Liceña (Zaragoza) a una columna del POUM. Al mes siguiente cae enfermo y retorna a su casa de Cambridge. Regresa a España en noviembre y se incorpora a las Brigadas Internacionales, y en el frente de la Ciudad Universitaria recibe el primer aviso, es herido en la cabeza por fuego amigo. Destinado al frente de Córdoba muere en Lopera (Jaén) el 27 ó 28 de diciembre. Según confesó años después su madre Frances Cornford a Hugh Thomas, “a su hijo le habían disparado a posta sus compañeros del Partido Comunista porque estaba a punto de abandonarlo”: Franz Borkenau, pp. 102, 131 y 135.  “John Cornford: Biography ”en www.spartacus.schoolnet.co.ut. Miguel Alonso Baquer. La Guerra Civil española (Sesenta años después). Madrid, 1999, p. 407.

A finales de diciembre de 1936, en el pueblo tarraconense de La Fatarella hubo un enfrentamiento entre socialistas y comunistas de la UGT contra anarquistas de la CNT-FAI, “se restableció el orden después de que una veintena de hombres muriera en la lucha, que duró dos días”: Edward Knoblaugh, pp. 226 y 227. En realidad “todo comenzó el 22 de enero de 1937. La resistencia se tradujo en combates que se saldaron con 35 muertos en total, en su mayoría opositores a la colectivización”, entre ellos “17 militantes de izquierda”: Manuel Aguilera.

Un caso poco conocido pero que de haber ocurrido en el otro bando hubiera hecho correr todavía ríos de tinta, es el asesinato de Constantina Jarque Santiago, conocidísima vedette catalana con el nombre de Tina de Jarque. Al parecer, Tina había ido reuniendo a lo largo de su vida artística joyas y dinero por valor de unos cuantos millones de pesetas; y juntamente con su amante Abel Domínguez conocido militante y dirigente de la CNT de Málaga, pretendían desde Madrid partir con su tesoro rumbo a la frontera francesa, pero en Castellón fueron detenidos por los milicianos y entre el 5 y el 10 de enero de 1937 fueron ejecutados. Un buen seguimiento del caso el realizado por: Juan Antonio Ríos Carratalá. El tiempo de la desmesura. Barcelona, 2010, pp. 68 a 146.

El 16 y 17 de marzo de 1937, en Villanueva de Alcardete (Toledo), por orden del alcalde comunista y de la UGT fueron asesinados 16 anarquistas: José María Ruiz Alonso. La Guerra Civil en la provincia de Toledo. Ciudad Real, 2004, t. I, pp. 482 y 483.

Caspe (Zaragoza) 14 de abril de 1937. Informe urgente al Comisario General de Guerra con respecto a lo sucedido a las columnas anarquista en Santa Quiteria, cerca de la navarra Sangüesa: “Un reducido número de aparatos, cazas casi todos ellos, se colocó encima de nuestras fuerzas, a las que ametralló terriblemente por espacio de más de TRES HORAS. Bajas y más bajas hasta sobrepasar con mucho el millar. Fueron inútiles todas las apelaciones hechas para que acudiesen nuestros cazas. Lo sucedido ha indignado a las Divisiones “Luis Jubert”, “Durruti” y “Ascaso”, que sospechan en esto maniobras de tipo político contra ellas. Y además, la desmoralización de nuestras fuerzas ante el golpe durísimo recibido ante el abandono por parte de nuestra aviación”. El Informe completo en www.asturiasrepublicana.com, que lo titula: “Las milicias de la CNT en el frente de Aragón víctimas de una horrorosa carnicería”.

En Molins de Llobregat (Barcelona) el 25 de abril de 1937 es asesinado Roldán Cortada Dolcet dirigente del PSUC y de UGT. Al día siguiente en Puigcerdá (Gerona) son abatidos el anarquista Antonio Martín y dos de sus compañeros: Burnett Bolloten, pp. 653 y 654.  Ángel David Martín Rubio. Paz, piedad, perdón… y verdad. La represión en la guerra civil: una síntesis definitiva. Madridejos (Toledo), 1997, p. 137.  Manuel Aguilera hace una buena síntesis de todo ello.

Antonio Sesé Artaso secretario de la UGT  y dirigente del PSUC, el 6 de mayo de 1937 es herido de muerte de un disparo realizado por militantes del PSUC. En un informe secreto de 14 de octubre de 1936 elaborado por André Marty, el dirigente de la Internacional Comunista ponía ya a Antonio Sesé en la diana al afirmar: “Sesé, un hombre sospechoso desde todos los puntos de vista”: Radosh, Habeck y Sevostianov, p. 73. Burnett Bolloten, pp. 690, 692 y 693. Manuel Aguilera.

Los sucesos del mayo catalán de 1937. Existe una amplia bibliografía sobre este importante tema, una buena síntesis está recogida en    Burnett Bolloten pp. 659 a 704.  Manuel Aguilera realiza sin duda en mejor trabajo  llevado a cabo hasta el momento, y sitúa “en toda Cataluña 279 víctimas mortales con nombre y apellidos”. De todas formas creo que sigue vigente la llamada de atención de unos de los primeros investigadores del número  total de víctimas, José Manuel Martínez Bande cuando advertía: “Sin embargo, las cifras reales deben ser forzosamente superiores, pues a los citados nominalmente en la relación deben añadirse otros que, por unas causas u otras, no fueron controlados: muertos en prisiones clandestinas o asesinados no conocidos o conocidos mucho después”: La invasión de Aragón y el desembarco de Mallorca. Madrid, 1970, p. 237 llamada 281.

Al conocerse los sucesos de Barcelona, el 4 de mayo de 1937 fuerzas anarquistas abandonan sus posiciones en el frente de Aragón y se dirigen a la Ciudad Condal a defender a sus compañeros los anarquistas catalanes. A su paso por las poblaciones aragonesas camino de Cataluña se producen enfrentamientos, ejecuciones y asesinatos. Manuel Aguilera en su investigación recoge con detalles todos estos acontecimientos.

Después del mayo catalán vendrían las represiones, primero contra el POUM, hasta casi su total exterminio. “En un informe a León Trotsky fechado el 6 de julio de 1937, Erwin Wolf (más tarde detenido y presumiblemente asesinado por la NKVD) afirmaba: “Es imposible decir cuántos miembros activos quedan del POUM. 100, 200, 300, como máximo. Es imposible localizarlos. Su actividad clandestina –a juzgar por sus octavillas ilegales- es mínima”: Burnett Bolloten, llamada 84 cuyo texto está en la p. 783.

Andreu Nin Pérez, ex hermano, ex consejero de la Generalidad de Cataluña y uno de los líderes del POUM, es detenido en una muy preparada redada el 16 de junio de 1937 en Barcelona. Por orden del jefe del NKVD Alexander Orlov es trasladado a Madrid donde es torturado hasta la muerte y su cadáver nunca apareció. Tema editado: Los inconfesables crímenes del Frente Popular: el secreto horno crematorio de Alexander Orlov”.

“La participación del NKVD en multitud de crímenes en España, puede determinarse con un elevado grado de certeza, a pesar de que en algunos casos no existen pruebas directas”: Boris Volodarsky. El caso Orlov. Los servicios secretos soviéticos en la guerra civil española. Barcelona, 2013, p. 223.

En julio de 1937 en Brunete (Madrid), “dieciocho hombres, entre ellos un teniente y tres suboficiales fueron fusilados. El comisario de la división y el comandante de la brigada (anarquistas) fueron fusilados por Líster”: Informe alto secreto del general Karol Sverchevski, “Walter”, recogido por Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, p. 563.
De las numerosas ejecuciones ordenadas por el comunista Enrique Líster, incluso de algunas de ellas alardeó ufano hasta el último día de su vida, se han tratado en el tema editado: Los asesinatos de Enrique Líster (Jesús Liste Forján)”. Tema en el que se analiza, entre otros, los 60 asesinados en el pueblo toledano de Mora.
Otro nuevo informe sobre las ejecuciones en Brunete en julio de 1937  afirma, que “la división de Líster se desmoronó y huyó. Se han aplicado las más duras medidas represivas. El 24 de julio fueron fusilados unos 400 de entre los que habían huido”: Informe fechado el 8 de octubre de 1937 del general y principal consejero militar soviético Grigori Shtern, recogido por Antony Beevor. La Guerra Civil española. Barcelona, 2005, pp. 419 y 735.

Después de terminar con el POUM tras la batalla del mayo catalán en todo el territorio dominado por el Frente Popular, socialistas y comunistas desataron una campaña contra las colectividades agrarias anarquistas. Enrique Líster, el comandante comunista de la XI División fue el responsable de numerosos asesinatos de campesinos; pero tanto en número como en crueldad fue superado por su camarada comunista Valentín González, “el Campesino”: Burnett Bolloten, pp. 795 a 797.

Finalizada la liquidación de las colectividades agrarias le llegó el turno al anarquista Consejo de Aragón instalado en Caspe (Zaragoza). Aragón en julio de 1936 había quedado dividido en dos territorios, las capitales Zaragoza, Huesca y Teruel y algunas poblaciones eran zona nacional, y desde octubre los anarquistas se habían adueñado de la otra parte de Aragón,  y que según los comunistas era zona dominada por el pillaje, el desorden y el crimen.
El 5 de agosto de 1937 el ministro de Defensa el socialista Indalencio Prieto Tuero llamó a su despacho Enrique Líster. Prieto muy astuto le dio la orden no escrita sino verbal, de que actuase sin contemplaciones y acabase con el anarquista Consejo de Aragón. Enrique Líster que además de asesino contaba con una de las mejores unidades armadas del Frente Popular cumplió eficazmente la orden verbal.
A finales de agosto, cuando las tropas comunistas de Líster  casi dominaban todo el territorio aragonés que había estado en poder de los anarquistas, fue nombrado gobernador general para aquella zona el militante de Izquierda Republicana José Ignacio Mantecón, que llegó al mando de dos compañías de Guardias de Asalto. Con las tropas de  Mantecón  más las de Líster se dio por finalizada la misión: Burnett Bolloten, pp. 797 a 807.

“77 Brigada Mixta, al incorporarse un reemplazo a dicha Brigada fueron asesinados en dos meses unos doscientos; por lo cual tuvo que ser reorganizada la Brigada sin haber entrado en combate. En el Batallón Alpino que cubrieron en el sector de la Sierra de Guadarrama, fueron asesinados unos 200 soldados”: Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia. Diciembre, 1943, pp. 299 y 301.

“4 de noviembre de 1937. (…) el “Gobierno soberano” de Asturias, que allí llaman “el gobernín”, nombró a Pradas  [coronel Adolfo Prada Vaquero] comandante en jefe. Pradas se resolvió a emplear la manera fuerte contra los que se desbandaban o no se batían. Un día fusiló a tres jefes de brigada, a seis jefes de batallón y otros más, hasta diecisiete. Al día siguiente fusiló a ocho. Así restableció la disciplina y levantó la moral relativamente. Porque ha habido casos de poner las ametralladoras detrás de nuestras líneas, amenazando a quienes las defendían, o a quienes las abandonaban”: Manuel Azaña. Obras completas. México, 1968, vol. IV, p. 847.

Con respecto a la declaración en noviembre de 1937 del comunista francés André Marty ante el Comité Central de su partido, responsabilizándose de casi quinientas ejecuciones ordenadas  por él, todo ello está recogido y analizado en el tema editado: El texto de las 500 ejecuciones ordenadas por André Marty, “El Miguelito de Albacete”.

El periodista “de The Times, Kim Philby, que trabajó para el servicio secreto ruso durante casi 30 años entre 1935 y 1964 [“Círculo de Cambridge” o “Los cinco de Cambridge”], puso  una granada en el maletero del coche, que segó la vida de tres periodistas anglosajones, Dick Sheepshanks, Bradish Johnson y Edward Neil. Ocurrió en Caudé cerca de Teruel el último día de 1937”: Hugh Thomas. ABC, 23 de mayo de 2010, p. 3.

“Un informe firmado por Rojo el 31 de diciembre de 1937 se refiere a la ejecución de seis “agitadores” a raíz de una desbandada. El Ejército del Ebro puso en funcionamiento un rigidísimo sistema disciplinario, que incluía una compañía correctiva en cada Cuerpo (…). Pero parece que se ha hecho desaparecer la documentación relativa al número de ejecuciones, que no hemos encontrado en los archivos”: Michael Alpert. El ejército republicano en la guerra civil. Barcelona, 1977, pp. 222 y 223.

El 20 de enero de 1938 fueron fusilados en el pinar de Piedras Gordas, a tres kilómetros de la turolense Rubielos de Mora, 46 milicianos acusados de insubordinación: Ángel David Martín Rubio, p. 125. Y una buena investigación de Pedro Corral. Si me quieres escribir: la batalla de Teruel: gloria y castigo de la 84ª Brigada Mixta del Ejército Popular. Barcelona, 2004.

Entre los meses de enero y febrero de 1938 en el frente de Teruel, una compañía anarquista con mando comunista después de absurdos ataques pierde el 80 por ciento de sus efectivos. Como represalia el anarquista Francisco Sabaté Llopart "Quico", asesina de un tiro al comisario comunista Ariño: Antonio Téllez. La guerrilla urbana en España: Sabaté. Paris, 1972, pp. 16 y 17.

En el frente de Aragón el 13 de abril de 1938, una compañía anarquista de la 26 División, al pasar por la carretera de Doncella frente a la base del Batallón disciplinario del comunista XI Cuerpo del ejército son llamados sus mandos a la base, y sus tres tenientes y el comisario político fusilados al día siguiente por la mañana: Diego Abad de Santillán. Por qué perdimos la guerra. Una contribución a la historia de la tragedia española. Madrid, 1975, pp. 297 y 298.

En la huida de las tropas del Frente Popular camino de la frontera francesa, en febrero de 1939 fueron ejecutados 16 personas entre las poblaciones de Gironella y Olvan (Barcelona). En ese grupo de asesinados se encontraban Paulino Masforroll Canal y Ramón Morera Torrents, militantes de Esquerra Republicana de Catalunya y regidores del Ayuntamiento de Gironella; y juntamente con ellos también fue asesinado Luis Nicolau Fort.
Luis Nicolau Fort, “Leopoldo Noble”, era el famoso anarquista de la FAI que junto a otros dos compañeros participaron en el magnicidio del presidente del gobierno Eduardo Dato Iradier, el 8 de marzo de 1921 en Madrid. Como anarquista de acción violenta también se sabe, que el 27 de julio de 1936 había asesinado en Gironella al también anarquista Manuel Guixé Pijoan: Josep M. Solé i Sabaté. Joan Villarroya i Font. La repressió a la reraguarda de Catalunya. Barcelona, 1989, vol. I, p. 322. María Teresa Martínez de Sas. Pelai Pagès i Blanch. Diccionari biogràfic del moviment obrer als Països Catalans. Barcelona, 2000, pp. 527 y 975. César Alcalá. La represión política en Cataluña (1936-1939). Madrid, 2005, p. 250.

“París 22-IV-39.
Compañero Cipriano Mera. Estimado amigo: (…). Si usted me pudiera facilitar la información de lo sucedido en Madrid se lo agradecería. ¿Por qué no se sublevaron mucho antes? Suyo y de la causa. Francisco Largo Caballero”: Emilio Romero Gómez. Los papeles reservados de Emilio Romero Gómez. Barcelona, 1985, vol. I, p. 101.
Del 5 al 13 de marzo de 1939 tuvo lugar en Madrid la última batalla de la guerra civil en la Guerra Civil, donde se enfrentaron fuerzas prosoviéticas socialistas y comunistas contra fuerzas anarquistas de Cipriano Mera Sanz y del militar profesional y republicano el hermano Segismundo Casado López. Tampoco se conoce el número exacto de muertos, pero en el detallado trabajo y sin duda la mejor investigación hasta el momento,  Manuel Aguilera documenta más de dos centenares de víctimas llegando  a un “total de 262” de caídos en Madrid. Se sabía, por ejemplo, que entre esas víctimas estaban la del comunista y hermano coronel Luis Barceló Jover y la del también comunista comisario  José Conesa, fusilados por orden del coronel o general Casado;  y que anteriormente fuerzas de Barceló habían ejecutado a los ayudantes de Casado, los coroneles José Pérez Gazzolo, Arnoldo Fernández Urbano, Joaquín Otero Ferrer y al comisario Ángel Peinado Leal.

En su tesis doctoral Manuel Aguilera aportaba un total de 982 víctimas, 898 perfectamente identificadas documentalmente con nombre y apellidos, y las 84 restantes también identificadas pero sin nombre ni apellidos; y que como bien matizaba en la introducción de su tesis, esos asesinados lo fueron  “por motivos políticos o rencillas de grupo, no se han incluido los debidos exclusivamente a la disciplina militar”. En el libro queda excluido el soporte documental y se aporta un listado de 1000 víctimas, 909 identificadas con nombre y apellidos y las 91 restantes identificadas pero sin nombre y apellidos; pero como el mismo Manuel Aguilera sabe, a esa cifra redonda final se podría haber añadido – y por el momento-  más de 100 víctimas que también habían sido documentalmente identificadas. En definitiva, que “son todos los que están, pero no están todos los que son “.

Finalizada la Guerra Civil e incluso después de la II Guerra Mundial, asesinos comunistas prosoviéticos y comunistas libertarios refugiados en Francia continuaron eliminando antifascistas españoles, se estima que en Francia fueron eliminados cerca de 200, y de ellos hasta el momento se han identificado a 35. Y en España en la guerra del maquis  que se prolongó hasta mediados de los años 50, la cifra total de eliminados e identificados hasta el momento -incluidos también los muertos por fuego amigo- es de 176. Así pues, de los asesinatos de exiliados y maquis cometidos en territorio francés se  puede estimar que de cada 10 eliminados 8 ó 9 fueron obra  de los  comunistas fieles a Moscú, unos ejecutados por los militantes del PCE y otros ordenados directamente por la dirección del partido, es decir, Santiago Carrillo Solares y Dolores Ibarruri Gómez, entre otros; y de los otros 1 ó 2 eliminados los responsables fueron los comunistas libertarios o anarquistas.  En cuanto a los asesinatos cometidos en España se puede estimar que de cada 10 maquis 7 u 8 fueron eliminados por los comunistas prosoviéticos, y los otros 2 ó 3 maquis eliminados por los comunistas libertarios o anarquistas. Todo ello es tratado en el tema editado: Exiliados y maquis asesinados por los comunistas”.

Ángel Manuel González Fernández,  mayo de 2012 y noviembre de 2015.




































































































































































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